Por Uriel Campos
Hace 6 años, la sociedad blaugrana se congregaba en su máxima catedral futbolística, el Camp Nou para contemplar la presentación ante Cataluña el fichaje de un prodigio sudamericano que tenía ya sus espaldas un interesante recorrido a nivel de club y selección, Neymar da Silva Santos jr, era aplaudido por doquier, cumpliendo así su sueño de jugar y de demostrar que estaba para ser un jugador histórico para su país militando en el fútbol del más alto nivel con uno de los mejores clubes en el orbe.
Ney se presentaba como la gran promesa y joya del Barcelona, ese chico que media Europa se disputó pero que en el fondo, él tenía claro que debía jugar al lado del mejor futbolista, ese 10 argentino del cual era un admirador y que llegaba para jugar a su lado, aprenderle al máximo y heredar su legado y continuar derrochando talento; desde sus primeras temporadas dejaba en claro que no llegaba adaptarse y especular, siendo un jugador que marcaba la diferencia a pesar de su joven edad y poca experiencia en otro futbol que no fuera el amazónico, anotando y asistiendo a diestra y siniestra, haciendo un gran equipo con Leo Messi y compañía Neymar se hacía de un nombre en Europa, ganado reconocimiento por los suyos y de rivales, su calidad ya no estaba en duda, Barcelona habría encontrado al relevo generacional ideal.
Y con la llegada de Luis Suárez, éste llegaba para potencializar una vez más al equipo, convirtiéndose en ese tridente conocido como la MSN, mismo que conseguiría la cifra de 122 goles por temporada, adjudicándose el récord de ser el tridente ofensivo más goleador de todos los tiempos en una sola temporada futbolística y que no muy pocos equipos en Europa fueron el blanco ideal de esta poderosa ofensiva; a pesar de ello el crack brasileño se percataba que no recibía el reconocimiento suficiente de prensa, aficionados y principalmente directivos, con los cuáles comenzaba tener ciertas diferencias, pues en un vestuario plagado de talento y teniendo al máximo estandarte a un lado, era prácticamente imposible llevarse todos los halagos, a lo que lo orilló a tomar una decisión polémica y egocentrista; aparecían los petrodólares en Francia y Neymar cambiaba a La Sagrada Familia por la catedral de Notre Dame en un fichaje sumamente cuestionado, pues compatriotas suyos de la talla de Romario, Rivaldo, Ronaldinho y hasta el propio Pelé comentaba que lo mejor era seguir en Barcelona y ser pacientes para que el 10 de la verdeamarella fuera el gran líder que estaba llamado a ser en Barcelona.
Llegaba a París, con un interesante y multimillonario proyecto deportivo en marcha, tras su llegada otro bombazo reventaba en el país galo, Kylian Mbappé otro de los grandes prospectos franceses era fichado y con jugadores como Edison Cavanni, Ángel Di Maria fortalecían aún más al gigante Francés con el obsesivo objetivo: ganar la Champions League, aunque entre lesiones y polémicas, Neymar no ha terminado de rendir realmente como se esperaba, su no participación en duelos cruciales principalmente en Europa, le han costado al club parisino fracasos y hasta actuaciones ridículas, dejando en claro que el dinero por sí sólo, no gana campeonatos, no si en las citas importantes, las constelaciones no pesan y sólo pasan desapercibidas, como cita una importante frase “lo que no se valora hoy, en un futuro se lamenta”, esa línea puede describir actualmente en la difícil situación en la que Neymar se encuentra, sabedor que el haber tomado una decisión que quizá no resultó como el esperaba, el hecho de extrañar a amigos en el vestidor blaugrana y que probablemente tuvo que ser más sabio y paciente antes de tomar alguna postura.
Foto: Mundo Deportivo
Hoy con Antoine Griezman fichado, su vuelta a donde mostró su mejor versión en lo futbolístico, algo que actualmente está lejos de la misma, se ha complicado, el no esconde su deseo de volver, mientras que el PSG busca darle una solución y las entrañas de los altos mandos barcelonistas se debaten si deben volver a abrir la puerta a un jugador que se marchó por atrás, prefiriendo el brillo individual al colectivo y que les ha acarreado muchas disputas legales, Neymar y su familia están haciendo lo posible para volver al Barcelona, él bien sabe que el vestuario lo recibirá con aprecio en especial sus íntimos amigos y mejores socios dentro del campo como el propio Messi y Suárez y demás ,al igual que la hinchada, pero la pregunta es y seguirá en el aire ¿Segundas oportunidades? Sí, pero solo a quien realmente lo merece y ese es el dilema Neymar.
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