Por Uriel Campos
El día de ayer el Coloso de Santa Úrsula se convirtió en el centro de la expectativa de un país entero, desde las primeras horas del día empezaba a sentirse el ambiente de un clásico, una rivalidad que hace que miles se enfundan en el papel de aficionado y esperen ansiosamente el silbatazo inicial; desde las estaciones del metro de la Ciudad de México hasta las inmediaciones del Estadio Azteca cientos de banderas ondeando, aficionados con sus jersey y algunos accesorio en la cabeza y brazos, porras llegando cantando por ambos bandas y hasta los tradicionales vendedores forman parte de ese folklore futbolero que a cada minuto que pasa no hace más que encender más los ánimos de la afición por que comience el duelo.
Comenzados ya los primeros 45 minutos, el conjunto americanista empezó a mostrar ese dominio que estaba previsto, imponiendo condiciones futbolísticas y tácticas, mientras que Chivas era más conservador acorde al planteamiento de su nuevo entrenador Luis Fernando Tena esperando un oportunidad importante; siendo al minuto 18 el conjunto azulcrema aprovecha un error del visitante para irse arriba en el marcador de la mano de la nueva joya Sebastián Córdova quien batió ante la salida de Toño Rodríguez haciendo estallar en júbilo al público azulcrema, momento en que el club Guadalajara entró en confusión total, teniendo escasas y desaprovechadas oportunidades, poco a poco los de la perla tapatía se hicieron presa de sus garrafales errores, la mayor muestra la imprudente entrada de Antonio Briseño sobre Giovanni Dosantos, lesionando de consideración al 10 y dejando a su equipo con 10 hombres, situación bien aprovechada por los locales que antes de que culminara la primera parte ampliaron el marcador con un golazo tras un espléndido servicio de Paul Aguilar al joven Córdova cruzando su disparo poniendo en pizarra 2-0 antes del descanso.
Para la parte complementaria, Chivas empezaría a apretar desde el arranque con la encomiendo de buscar acercarse al marcador, logrando al minuto 50 tras un disparo de Alan Pulido acortar la distancia y parecía que los rojiblancos se irían con todo a buscar el empate, pero el buen accionar de los locales impidió dichas acciones, la polémica a fin ingrediente casi indispensable para un buen clásico se hizo presente, más allá de la artera e injustificable entrada de Briseño sobre Dosantos el silbante Fernando Guerrero perdió parte del control del juego al acudir de manera tardía 2 veces al VAR a notificar 2 jugadas que han sido producto de muchos comentarios entre prensa y afición, 2 penales el primero invalidado, el segundo a raíz de una mano dentro del área tapatía, mismo que Emnanuel Aguilera se encargó de ampliar el marcador desde los 11 pasos sentenciando el encuentro, a falta de culminar esta nueva edición del clásico de clásicos el delantero azteca Henry Martín selló el triunfo para los suyos al 88 con una gran media tijera dejando el marcador final 4-1.
Este resultado significa un gran bálsamo para el conjunto de coapa que tras ligar una irregular marca de no victorias da un golpe de autoridad importante aunque con cosas aún por mejorar, mientras que en caso de Chivas, se vislumbra aún más complicado con muchas situaciones extra deportivas que han terminado por mermar el aspecto futbolístico y que tiene sí que si encontrar una solución.
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