Por Uriel Campos
El día de ayer se conmemoraba un logro deportivo sumamente significativo para nuestra nación en cualquier rama deportiva, hace 7 años el 11 de Agosto quedó marcado en el calendario futbolístico mexicano como el día en que nuestra selección consiguió quizá, el mayor logro futbolero que se haya tenido registro, se colgaban la medalla de oro en una justa olímpica, nadie imaginaba que los dirigido en aquel entonces por Luis Fernando “Flaco” Tena Lograrían tal hazaña, que con anterioridad se había buscado sin resultados verdaderamente alentadores; generaciones pasaban y la historia era la misma, hasta que se trazó una buena línea de trabajo y se aprovechó a una generación que venía siendo considerada la que daría ese salto significativo en cuanto a nivel futbolístico se refiere, ya que el proceso anterior a Londres fue un verdadero desastre, por allá del 2008, Hugo Sánchez tomaba las riendas de una selección que, a mi humilde opinión, la consideré como la más sólida y experimentada en su momento, nombres como Ochoa, Silva, Araujo, Esparza, Villaluz, Andrade y compañía eran jóvenes promesas que en sus clubes eran titulares inamovibles, por lo que eso podría significar un mejor rendimiento, desafortunadamente no fue así y México tuvo una de sus peores actuaciones en un torneo oficial en su historia, sellado por aquel patético partido ante Haití, que con la figura del guardameta Placide quien terminaría indirectamente por derrocar a Hugo de la dirección técnica y estropear el rendimiento de varios seleccionados no se conseguiría el “trámite” de asistir a Beijing, quedando como una ridícula anécdota.
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Jaime “Jimmy” Lozano debe tener en cuenta ambas situaciones o incluso una más como la insipiente actuación en Río 2016, donde el refrendar el oro sólo hizo que la presión aumentará y ni siquiera se lograra el pase de fase de grupos, ya que este verano internacional ha arrojado resultados poco alentadores en este proceso olímpico y de selecciones juveniles, que está por entrar en una parte importante tanto en la rama varonil como femenil, pero vayamos por partes.
En el mundial sub 20 México entregó la peor actuación jamás registrada en el mundial de la especialidad, ni teniendo nombres clave que seguramente, los veremos en Tokyo como Lainez, Macías, Dominguez, se pudo marcar diferencia, dejando dudas si realmente esta camada de jugadores estaría a la altura de sus predecesoras; la no clasificación por parte de las nuestras al mundial femenil en Francia de este año acarreó una serie de cuestionamientos, pues con la creación ya de una liga profesional femenil, algo que se venía pidiendo a gritos desde hace ya varios años en nuestro balompié daría oportunidad de un notable crecimiento, y sí lo ha obtenido y de una buena manera, pero el no haber asistido es un duro golpe deportivo para nuestro país no estar presente en la máxima justa mundialista, aunado al pobre papel desempeñado en los Juegos Panamericanos Lima 2019, donde las sub 22 no estuvieron a la altura de lo esperado, invita a replantearse la estrategia que el entrenador Cristopher Cuéllar optará de cara a los preolímpicos, dónde se espera las nuestras consigan la clasificación a la justa olímpica.
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Los juegos centroamericanos y del caribe en Barranquilla 2018 pintaba para iniciar bien el proceso, lastimosamente se hizo la peor actuación de la historia, al no sumar puntos y quedarse en fase de grupos, un año después en Panamericanos los pupilos del “Jimmy” se toparon con algunas dificultades, pero lograban sobresalir en las mismas, en semifinales Honduras parecía ser rival, a modo para el tri, pero de nuevo los “malditos” penales volvieron jugarle sucio a México y quedando sorpresivamente eliminados, aunque como premio de consolación, los verdes obtuvieron el bronce, aunque lejos de la expectativa y obligación de nuestro país ir a buscar el oro; argumentos podrá haber varios, que si los entrenadores en turno no son los adecuados, que si los dirigentes no le ponen interés a los eventos y no ceden a sus mejores jugadores, etc etc, todo esto debe servir de aprendizaje a ambos entrenadores, a Cuéllar jr para aprovechar de mejor manera una gran generación de féminas futboleras que tiene consigo y lograr no sólo el obligado boleto a olímpicos, sino por qué no, soñar con emular a los varones y conseguir una histórica actuación, pero primero lo primero, amarrar el boleto con la palabra “Konnichiwa” impresa; y en el caso de Lozano, puede voltear un poco al pasado y observar que es lo que busca, un escenario como Carson, que junto a Columbus son lugares non gratos para nuestra selección en el país vecino, o uno inverosímil como Wembley, donde el Himno nacional retumbó en los cimientos de la catedral del fútbol mundial, aún es temprano para decir si los nuestros están más de un lado o del otro, a un poco menos de un año para Tokyo 2020, aún hay nuevas oportunidades para recomponer y pulir el viaje olímpico.
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