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Más allá del circo, maroma y teatro

Foto del escritor: Orgullo BicolorOrgullo Bicolor

Por Salvador Rodríguez C.


En días pasados se confirmó el dictamen médico sobre la muerte de César González; luchador mexicano que utilizó el personaje de Silver King. Un ataque cardiaco terminó con su vida durante una función de lucha libre celebrada en Londres. Por las condiciones del fallecimiento; mientras luchaba en mano a mano contra Juventud Guerrera y se transmitía en vivo por Facebook, el asunto se hizo mediático. Sitios web y publicaciones que rara vez mencionan la lucha libre lo mencionaron. Luchaworld.com hizo un perfil -que merece dedicarle una lectura-; enfocado a una ilustre carrera que lo hizo figurar en algunas de las principales escenas del deporte espectáculo: México, Japón y Estados Unidos.

La triste situación brinda la oportunidad de reflexionar y analizar puntos relevantes. La lucha, junto al atletismo y el boxeo; fueron las disciplinas con que iniciaron los Juegos Olímpicos. De hecho, una de las variante en México para nombrar a la lucha libre es pancracio. Variación fonética del pankration; conformada por el prefijo pan (todos) y kratos (fuerza). Ahí parte la base de la actividad hoy convertida en espectáculo con luces, edecanes, música, atuendos llamativos y físicos trabajados por varias horas en el gimnasio. A finales del siglo XIX se hizo popular, en las ferias, los espectáculos con sujetos especializados en el combate cuerpo a cuerpo que retaban a la concurrencia. Si alguien era capaz de vencerlos o durar un par de minutos sin ser derrotado, se llevaba un premio económico. La expectación y negocio dio la pauta a empresas dedicadas a esto. El Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), es la promotora de lucha libre más antigua en el mundo. Asentada en la Ciudad de México; se ha convertido en un atractivo turístico para la capital del país.


Una persona cercana, sabedora de mi gusto por la lucha libre, me preguntó si los golpes eran reales. Una comparación para responder. Un boxeador de alto nivel, a lo mucho, tiene tres peleas en un año. Alguien dedicado a combatir en el cuadrilátero con reglas de lucha libre lo hace casi diario y, en ocasiones, más de una vez al día. Existen códigos entre los combatientes. Si alguien se arroja desde una altura de tres metros y nadie intercede para amortiguar el golpe; es lógico que tendrá una lesión grave o algo peor. De ahí el respeto para quién se dedica de manera profesional a esta actividad.


El mismo día que aconteció la muerte de Silver King; vi parte de una función grabada por Triple A en el canal Space. La lucha era para sacar retador al título crucero en poder de Laredo Kid. Villano II Jr fue trasladado de inmediato a backstage al presentar una aparente lesión en el hombro. El combate se detuvo para que ingresara el personal médico de inmediato. Lo sucedido a Silver King es un llamado de atención a promotores y luchadores para tener cultura de prevención ante casos graves. Triple A cuida a sus elementos luego de antecedentes serios como los de Pentagón I, Gronda y Charly Manson por mencionar algunos. Un evento puede ser de lo más sencillo; pero alguien debe asumir la responsabilidad por la integridad de los participantes.

Fotografía: Lucha Libre Triple A

WWE, la empresa líder en su ramo, decidió separarse de las comisiones deportivas en Estados Unidos para presentar su show sin restricciones. No obstante, la atención médica para sus elementos es de primer nivel. Un ejemplo de lo que se puede (y debe) hacer en un negocio tan antiguo como apasionante.

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